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sábado, 17 de enero de 2015

DIARIO DE A BORDO. ¿PROFESIONALES O POLÍTICOS? CARTA DE UN IGNORANTE.

En el interior de cada persona subyace el verdadero yo de cada cual, ese yo mismo que es algo innato en la persona y lo que determina, en buena medida, junto a la educación y el medio en el que nos criamos, los aspectos más importantes de nuestra personalidad, aquello que seremos o lo que nos gustaría ser. Lo difícil de esto estriba en encontrar el punto en el que nos desviamos de esa senda que parece que tenemos marcada.
En realidad, en muchos casos no es tan difícil de encontrar, se hace evidente. Puede ser por miedo, otra característica innata, por lo antes dicho de la educación o el medio en el que nos criamos o,  simple y llanamente,  porque se nos cruza una oportunidad única de hacer dinero o carrera política, en estos dos últimos casos, aunque me repugna profundamente, podría entenderlo, lo que no entiendo es cuando esa oportunidad es indirecta. Me explico, cuando no se hace por un interés directo, sino por pura pelotería, por estar lamiendo el culo a alguien con cualquier tipo de poder, llámese económico o político.
Y aún más repugnante es el caso en el que ese interés afecta directamente al bienestar, incluso a la vida o muerte, de los demás. Cómo alguien tan ignorante como yo podría entender que, por ejemplo, algún médico se saltase a la torera su juramento hipocrático y,  en lugar de hacer valer sus conocimientos y su experiencia procurando lo mejor a sus pacientes y con ello curarlos, intentar convencer a éstos de que lo mejor para ellos es algo que, como profesional, sabe que no es verdad. Y de esta manera apoyar a los políticos y a las avaras y salvajes compañías farmacéuticas.
Me da mucho que pensar, si en lugar de ser unos servidores del pueblo también han pasado a ser servidores del capital. Sé que hay un sinfín de profesionales como la copa de un pino, esos no se ven, están en su consulta, en los hospitales y en casa de los pacientes, hacen su labor callada salvando vidas. Y como recompensa, muchas veces, muchísimas veces reciben una sanción o son señalados, porque lo que hacen es humanismo y eso políticamente no es correcto.
Es por esto, por lo que este pobre ignorante, sigue sin comprender muchas cosas, por ejemplo, no comprendo por qué cuando los médicos hacen huelga reivindicando mejoras laborales, etc… los ignorantes como yo tenemos que entenderlo y si ese día teníamos consulta, pues nos fastidiamos y nos jodemos y hasta de forma altruista y solidaria los apoyamos y salimos a la calle, si es preciso a protestar y alzamos la voz en su favor. Causa, esta misma, por la que no entiendo cómo en un caso tan llamativo y claro de condenas a muerte por parte de la casta política gobernante, ellos no alzan su voz masivamente en defensa de un tratamiento digno para los pacientes de la hepatitis c.
Profesionales de la sanidad, cuando habéis necesitado el apoyo de vuestros pacientes, lo habéis tenido de forma mayoritaria. Hepatólogos de España, apoyad a vuestros pacientes y dejad de ser servidores políticos, manifestaros públicamente y decid la verdad sobre los tratamientos disponibles para la hepatitis c. Declaradla epidemia, porque sabéis que lo es y haced que el gobierno además de tratamiento haga campaña de prevención. Dejad los carnés políticos en la mesita de noche de casa y haced vuestro trabajo como el médico que queríais ser cuando ibais a la facultad y soñabais con salvar vidas, antes de la política.


JJ Guerra.

jueves, 1 de enero de 2015

Diario de a bordo. POPULISMO, FONAMBULISMO, ENGAÑABOBOS Y PALABRERÍA.



En esta España en que vivimos, el culo de Europa, nos quieren hacer ver lo blanco negro, lo negro gris y lo gris azul cielo.

Con la carcomida y manida transición del 78, las circunstancias de aquella época nos parió una hornada de politicuchos saltimbanquis, fonambulistas y charlatanes de feria que hicieron escuela y,  a día de hoy siguen saltando a la palestra nuevos bollerines que vienen a descubrir las Américas, sin contar con que mientras ellos se empeñaban en seguir en su falsedad, en desfalcar lo que se pusiese a su paso e intentar seguir engañando al pueblo con su charlatana retórica; no contaban con que en ese tiempo al pueblo miedoso, ignorante y que hasta ahora se contentaba con cuatro golosinas, les iba a dar por instruirse, revelarse y organizarse para darles una patada en sus malolientes culos.

Ya se han dado cuenta ustedes, políticos al uso, de que no seguimos siendo el pueblo estúpido que aguanta todo y que lo único que hace cada cuatro años es cambiar el collar al perro, porque eso son ustedes, perritos falderos que lamen el hueso que les dan los mercaderes que les manejan como las marionetas que son al servicio del capital. Dan igual las siglas, esas, solo sirven para confundir a quien se deja. Lo preocupante es que hay personas que asemejan tener un cierto nivel de inteligencia, pero que al hablar de política y defender solo eso, las siglas, porque no hay nada más, dejan entrever su verdadero coeficiente intelectual.
Hoy quiero hacer hincapié en la salvajada que están cometiendo, tanto el gobierno central, como los autonómicos en el caso de la hepatitis c. Una enfermedad que está matando en España a 12 personas al día.

Del gobierno fascista, autoritario y mercenario del capitalismo de Marianico el largo es previsible, ya se sabe que directamente lo que quiere es acabar con esas personas que padecen una enfermedad, con todas, queda claro solo con ver lo que ha hecho con las personas dependientes, alzan su voz en contra del aborto y a los enfermos directamente o los deja morir o acelera el proceso de una u otra forma. Pero de un gobierno, como el de la Junta de Andalucía, que presume de progresista y que a boca llena va pregonando por parte de consejeros y directores de hospital que a todos los pacientes se les dará el tratamiento que necesiten, desde aquí yo les llamo mentirosos, embaucadores y charlatanes de lengua descosida, que se empeñan en falsear la verdad evidente. Si de verdad estuviesen haciendo eso, no estarían muriendo diariamente personas afectadas por esta enfermedad.

Es más, les diré que desde antes de entrar el Sovaldi en escena ya ninguneaban el tratamiento que por entonces se conocía, el Interferón, haciendo que desde que un paciente era diagnosticado, hasta que lo veía el especialista, en innumerables ocasiones hubiese pasado tanto tiempo que la enfermedad habría avanzado hasta un punto en que dicho tratamiento ya no era aconsejable.

Ahora se acogen al discurso de que a todos se les dará el tratamiento que precise, cuando lo que hacen es dar interferón a la mayoría, un tratamiento que clínicamente tiene una efectividad inferior al 60% y que en la mayoría de los casos, no cura, palia algunos efectos y que es tristemente caro, a pesar de los años que lleva en el mercado y de los pocos resultados que con él se obtienen, además por cualquiera es sabido que su coste real final es muy superior al del Sovaldi, que es efectivo, para curar en más del 95% y que cuanto antes se empiece el tratamiento es más efectivo y menos duradero, con lo que se produce un abaratamiento. Mientras que el interferón, como en más del 45%, no es efectivo, hay que actuar con otros tratamientos, se produce un agravamiento de la enfermedad, por lo que se necesitan innumerables transfusiones sanguíneas, hospitalizaciones, se desarrolla cáncer de hígado con lo que conlleva, se hacen necesarios trasplantes hepáticos, etc… Por lo que no hay que ser economista para saber que la verdadera razón de la falta de este novedoso tratamiento es económica, sí, pero no porque este tratamiento sea caro, sino porque seguro que están recibiendo algo a cambio de seguir con el interferón a pesar de ser más destructivo que curativo y con un coste final por paciente muy superior.

Señores de la Junta de Andalucía, su palabrería está a la altura del gobierno central, por lo que yo les aconsejo que se dejen de tonterías y se den un buen revolcón, si total, la mayoría de españoles ya sabemos que a escondidas se cogen la mano y otros sospechamos que se morrean… ¿Y son ustedes quienes claman contra el populismo? Populismo es engañar a la gente con palabrería, pero no se preocupen por eso, el pueblo ya conoce esos términos y sabe quien es un engañabobos y quién camina por el alambre con los ojos vendados.

Para finalizar solo quiero decir que espero que este asunto caiga en manos de buenos abogados penalistas y que lleven a los tribunales a quienes teniendo en su mano la curación de miles de personas y obviando la obligación que tenían de velar por la salud de estos enfermos, vil y cruelmente, escudándose en palabrería, les han dejado morir y sean juzgados por crímenes contra la humanidad.


JJ Guerra.