Siempre es difícil, muy difícil, intentar aconsejar a quien
no quiere, en unos casos aprender, en otros, simplemente abrir los ojos. Podría
entender muchas cosas, de hecho me esfuerzo todos los días en hacerlo y puedo
asegurar y aseguro de que algunas entiendo, pero otras por más que lo intente
me es imposible, no veo el motivo o la razón de tal empecinamiento por parte de
algunos. Bueno, creo que es el momento de empezar a ir al grano y dejarme de
andar por las ramas, que hay árboles en las que son muy quebradizas.
Como iba diciendo, o más bien como quería decir, no entiendo porqué hay personas aparentemente inteligentes que, en política, se aferran a unas siglas cual si fuesen ellas quienes le dieron la vida. Amigo, amiga, unas siglas son simplemente eso, unas letras que representan o quieren representar algo, da igual lo que sea, porque no dejan de ser una representación. Pero las siglas por sí mismas no son nada, si esas letras no son defendidas en el tiempo con la misma ilusión y los motivos e ideología en que fueron fundadas, de qué sirven los años de historia. De qué sirve aferrarse a un nombre que ha sido adulterado, traicionado, mancillado… Por quienes se han aferrado al poder que ha podido significar.
Puedo o podría entender a quienes se han jactado de él a los que lo han profanado, porque han sacado provecho personal y la avaricia les ha llevado a ese estado de sinrazón, pero a ti amigo, amiga, no puedo entenderte, tú que eres, como yo, como cualquiera, un ciudadano de a pie, que lo que ha sacado de esas siglas ha sido desilusión, qué te mantiene atado a esas letras, te recuerdo que esas no son las de tu hipoteca, sino que son una parte importante de los que han hipotecado tu futuro. Me pregunto qué clase de venda es la que han puesto en tus ojos o si es que yo te he sobrestimado antes de captar tu empecinamiento. Porque siempre he dicho que no hay nadie más tonto que un currito votando a sus amos ahora digo que se le asemejan mucho quienes todavía no son capaces de distinguir entre derecha, izquierda y oportunistas.
De mis amigos, si alguien se siente ofendido por lo que aquí y ahora estoy diciendo debo decirle con el corazón en la mano que no lo siento en absoluto y un consejo, a unas siglas no te aferres nunca, siempre dependerán de personas que en muchas ocasiones no estarán a la altura de lo que quieren reprensentar. Y para ello un ejemplo muy sencillo, Felipe González Márquez, un ejemplo de antisocialista que engañó a toda España, pero que ahora está aclarando publicamente todo lo que es y ha sido, un golfo, digno de ser el abogado laboralista que fue y que ahora representaría la sinvergonzonería y corrupción de los sindicatos actuales.
Como iba diciendo, o más bien como quería decir, no entiendo porqué hay personas aparentemente inteligentes que, en política, se aferran a unas siglas cual si fuesen ellas quienes le dieron la vida. Amigo, amiga, unas siglas son simplemente eso, unas letras que representan o quieren representar algo, da igual lo que sea, porque no dejan de ser una representación. Pero las siglas por sí mismas no son nada, si esas letras no son defendidas en el tiempo con la misma ilusión y los motivos e ideología en que fueron fundadas, de qué sirven los años de historia. De qué sirve aferrarse a un nombre que ha sido adulterado, traicionado, mancillado… Por quienes se han aferrado al poder que ha podido significar.
Puedo o podría entender a quienes se han jactado de él a los que lo han profanado, porque han sacado provecho personal y la avaricia les ha llevado a ese estado de sinrazón, pero a ti amigo, amiga, no puedo entenderte, tú que eres, como yo, como cualquiera, un ciudadano de a pie, que lo que ha sacado de esas siglas ha sido desilusión, qué te mantiene atado a esas letras, te recuerdo que esas no son las de tu hipoteca, sino que son una parte importante de los que han hipotecado tu futuro. Me pregunto qué clase de venda es la que han puesto en tus ojos o si es que yo te he sobrestimado antes de captar tu empecinamiento. Porque siempre he dicho que no hay nadie más tonto que un currito votando a sus amos ahora digo que se le asemejan mucho quienes todavía no son capaces de distinguir entre derecha, izquierda y oportunistas.
De mis amigos, si alguien se siente ofendido por lo que aquí y ahora estoy diciendo debo decirle con el corazón en la mano que no lo siento en absoluto y un consejo, a unas siglas no te aferres nunca, siempre dependerán de personas que en muchas ocasiones no estarán a la altura de lo que quieren reprensentar. Y para ello un ejemplo muy sencillo, Felipe González Márquez, un ejemplo de antisocialista que engañó a toda España, pero que ahora está aclarando publicamente todo lo que es y ha sido, un golfo, digno de ser el abogado laboralista que fue y que ahora representaría la sinvergonzonería y corrupción de los sindicatos actuales.
JJ Guerra. 11 de
junio de 2014.