Visitas recientes

http://sites.google.com/site/pczeros/Home/ultimos-visitantes-pcz.xml

martes, 25 de diciembre de 2012

Poesía noviembre-diciembre 2012.




LAS PALABRAS

Cómo decirte que te quiero,
si no me quedan palabras
para expresarte lo que siento.
Para decirte que tu aliento
es mi oxígeno y que necesito
tus besos para respirar.
No hallo esas palabras bellas,
para gritar al mundo
que soy feliz,
feliz de haber nacido,
nacido para amarte,
nacido para vivir en ti.

JJ Guerra.



ANÓNIMOS

Pudo llamarse Manuel,
Antonio, Miguel, Juan,
Pedro o Joaquín.
Ser tú o yo, pero fue él
quién en su desgracia
vivió en la calle
y de ella mamó
el frío y el calor,
el desencanto y la inmundicia
de una vida cruel
sumida en el lodo
del odio y la avaricia.
Por la sociedad repudiado
sin que nadie se parase
a preguntar por su dolor,
su sufrimiento, su pena,
su verdad o su mentira.
Ahogó sus miserias
entre cartones,
durmió en un banco
y paseó su penitencia
hasta la puerta de la iglesia
buscando un refugio quizás,
pero obteniendo la fatua respuesta
de una mísera limosna.
Pudo ser de frío,
por una paliza o quemado vivo
por un grupo de niñatos intolerantes.
Lo cierto es que le llegó la hora,
la hora escrita de la confirmación
de la muerte de su cuerpo.
Descansa Manuel,
Antonio, Miguel, Juan,
Pedro o Joaquín,
descansa, seguro que por fin
encuentras tu paraíso.

JJ Guerra. 6 de diciembre de 2012.



CUERPO Y ALMA


Cierro los ojos mi amor,
para dibujar tu cuerpo
en mi memoria, para sentir
tus labios en mi boca
y que nuestras lenguas
se confundan en un solo idioma
ininteligible a los demás.
Quiero ser confundido
en la espesura de tus montes,
vibrando en cada caricia,
profundizando en tus horizontes.
Siento por ti un inmenso
deseo carnal que me lleva
a desear ser parte de tu cuerpo,
porque de tu alma lo soy ya.

JJ Guerra. 9 de diciembre de 2012.



DE OTOÑO A PRIMAVERA


Viendo las hojas caer
cual horas robadas a mi tiempo,
tiempo de un otoño implacable
que a jirones el alma me arrancaba.
Sintiendo el blanco nieve
apoderándose de mis sienes
un dulce amargor me embargaba.
El paso de los años inexorable,
huella de una vida fatigada,
otoño cruel que mi vida segaba,
sin un motivo, sin una ilusión,
sin nada más que esperar cada noche
que llegara el alba.
Hojas amarillas serpenteban
en el aire movidas por el viento
de la tormenta anunciada.
Cerrar los ojos y esperar
una nueva madrugada
para poder soñar,
para evadirme de la oscuridad.
Soñando, te soñé,
soñé con mi amada
y cuando desperté no era un sueño,
eras tú, la primavera en mí instalada.


JJ Guerra. 19 de noviembre de 2012.



No hay comentarios:

Publicar un comentario